Dicen Chano Domínguez y Javier Colina que disfrutaron mucho grabando las piezas que han incluido en este disco mano a mano, en diálogo el piano y contrabajo, y lo afirman con el entusiasmo de quienes terminan de conocerse y se lanzan a una aventura cómplice. Pero nada de eso, son viejos camaradas de fatigas como acertadamente rememoran. Forman parte de la misma generación ─ambos nacieron en 1960, uno en la primavera gaditana, y el pamplonés ya en otoño─, se encontraron en formaciones donde acompañaron a grandes solistas que llegaban a España de gira, moviéndose entre el flamenco y el jazz, “queríamos tocar música flamenca con la libertad del jazz, la música de la libertad por excelencia” como afirma Javier. En el comienzo no había otra, sentir y traducir los standars del jazz a la manera rítmica, armónica y melodías del flamenco. No había referencia, menos para el piano y el contrabajo. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, nuevamente Machado daba la pauta a seguir y trazaron su propia senda musical, creando un sello propio que les va distinguir el resto de sus vidas, pero por senderos diferentes. Nuevamente se reúnen para tocar, en el Auditorio Nacional para sentir seguir aquel diálogo musical que iniciaron en sus primeras andanzas. Y lo hacen recordando los códigos mas genuinos de Paco de Lucía y Miles Davis, de Guy Wood & Robert Mellin y Michael Legrand, y temas propios compendio de todo lo sentido, aprendido y vivido ¡qué no es poco! Dos maestros consumados, donde el virtuosismo solo es un prueba de la técnica alcanzada en su carrera, y sobre todo brota la musicalidad de cada nota llena de matices libres como ambos músicos.