Para su primer disco Jonatan Penalba ha elegido una colección de piezas que tienen en común el ser grandes éxitos de la música valenciana, la tradicional ─de ayer─ y la contemporánea ─aquella que mantiene viva la música de raíz por proyectos artísticos de las últimas décadas─. Porque Penalba forma parte de la última generación de cantaores valencianos, procedente de L´Alcudia se ha formado (forjado) desde su infancia, crecido junto a maestros ─Pep Moreno en el campo de albes, y Victoria Sousa ’Victorieta’ para el exigente cant valencià d´estill─ y aprendido cantando en agrupaciones populares de danza ─Grup de Balls Populars Les Folies de Carcaixent─. Y no lo oculta, lo deja claro desde el mismo título, y la imagen de un rostro cubierto de tierra, agrietado por el tiempo pero a la vez joven. Cuando ha dado el paso de liderar su propio proyecto ha ido a las fuentes, pero en lugar de repetir lo escuchado en las grabaciones de campo o escuchado a las referencas les ha dado su propia lectura, con respeto siempre. Lo ha grabado con la producción de Pere Ródenas ─el productor de los últimos discos de Pep Gimeno ‘Botifarra‘, el gran fenómeno de la música tradicional─, junto a una escuchada nada desdeñable de excelentes instrumentistas. Hace un repertorio piezas muy conocidas que cubre Castellón, Valencia y Alicante, ya sean jotas, fandangos, cant de batre o riberenques. Y la aportación que puede resultar más destacable es que entre los números de antaño, suma los más próximos como “Tio Canya” de Al Tall, “La cançó de la rosa de paper” con letra de V. A. Estellés y “Al país de l´olivera” de Obrint Pas.