La festividad de la Navidad va más allá del carácter religioso, independientemente de las creencias de cada uno son días que revisten un carácter de celebración. Kurt Ellling ha buscado además de los populares villancicos piezas que revestidas de una especial delicadeza puedan acompañar estos días de celebración y los deseos de buenos sentimientos y deseos. Ellings aporta la candencia del jazz al repertorio que ha grabado. Entre los tradicionales villancicos con unos arreglos delicados, cadenciosos y emocionantes. Entre los músicos participa su hija, Luiza. Dice el cantante norteamericano que afrontar este disco le resulta muy especial, más cuando su padre fue músico de iglesia y estos temas tienen una fuerte carga emocional para él. Es un disco estacional, un repertorio para una época muy concreta del año y, tal vez, con el máximo sentido para quienes vivan en Norteamérica.