El objetivo de este álbum de Lidia Pujol es reunir los momentos musicales, y las sensaciones, de un espectáculo que estuvo representando la cantante y actriz a lo largo de medio año en diferentes espacios de Cataluña. Los dos discos que inclue, y las músicas que ha grabado, “quieren dejar constancia de las experiencias vividas en este camino de luz ─Iter Luminis─ que siempre ha buscado la implicación de la gente del territorio y ha ido sumando personas y entidades con una misma orientación: representar artísticamente el deseo de la calidad humana, que no es otro ─dice Pujol─ que el deseo de mostrar la plenitud de ser quien somos, desde la libertad, la conciencia y el compromiso”. En el primer disco, que llama “La ceremonia de la luz”, hace una re-interpretación de los símbolos de la propia cultura y religión”, de encuentro entre la cultura oral y la escrita, a través de la interpretación del “Llibre Vermell de Monserrat (siglo XV) y canciones de cuna. En la segunda parte, que denomina “Trabajos y placeres de amor”, apunta hacia un camino donde solo el amor, que es placer y trabajo a la vez, da sentido a las cosas, vivir el arte como herramientas fundamentales en la construcción de una nueva estructura y sensibilidad, aquí a través de los textos de Salvador Espriu, Teresa de Jesús, Martin Codax, Ramon Llull y Lluis Llach. La guitarra de Pau Figueres aparece a lo largo del trabajo, como el contrabajo de Miguel Angel Cordero, el violín de Mohamed Soulimane, la voz hipnotica de Mohamed Ayoub, el órgano de Joan Cabó, Efrén López… y un largo etc. Un trabajo de una elevada carga de sensibilidad, una delicia musical.