Quiere con este trabajo Abraham Cupeiro [1] lanzar “un canto a la diversidad cultural, un intento de unir pueblos y música, de hacer llegar al ser humano el mensaje de una Tierra que vislumbra asustada un futuro incierto”. El músico gallego interpreta una amplísima colección de instrumentos procedentes de todas las latitudes del globo y representativas de culturas, unas veinte en total llegado de puntos tan lejanos como China, Oceanía, Amazonia, Oriente Próximo… “La música habla si sabemos escucharla” afirma Cupeiro en las notas de introducción, “tenemos que abrir los oídos y el corazón para poder escuchar. El multi-instrumentista es un apasionado de los sonidos ancestrales, aquellos que se podían escuchar en la antigüedad consciente que en todas las sociedades hay música y en culturas avanzadas se ha dado música completa siempre. Uno de sus logros ha sido la reconstrucción del Karnyx, una trompeta celta con más de 2300 años que ha construido. Junto a la imponente Royal Philharmonic Orchestra, en los emblemáticos Abbey Road Studios, ha registrado la decena de temas que entrega. Basta cerrar los ojos, abrir lo oídos para dejarse llevar en un viaje por los sonidos milenarios, aquellos que resuenan en nuestro interior incorporados a nuestra esencia.