Ana Luia Caiano se mueve entre las sonoridades tradicionales y la experimentación, de lo acústico a las secuencias y vibraciones electrónicas. Si bien en los temas que ha grabado se reconoce la tradición portuguesa lo que ha creado evoca un sonido global contemporáneo en el que se mixturan el ayer, el hoy y se piensa el futuro. Caiano ha salido de la escena underground lisboeta, los día de pandemia ante la imposibilidad de juntarse con otros músicos, comenzó a desarrollar su composiciones en solitario, sus progresos los ha compartido en un dos EP, ֹ‘Cheguei Tarde A Ontem [1]’ (2022) y ‘Se Dançar É Só Depois’ (2023), y su debut con un trabajo de larga duración ─doce temas, que suman unos 28 minutos de música─. La letras recogen historias que ellas misma ha inventado, también a partir de las conversaciones que ha escuchado. La base musical suma las influencias, desde las escuchas en su casa de casetes de muy diversas estéticas, las clases de piano y la escuela de jazz que le dio toda la libertad para crear… ¡hasta la parada forzada por la pandemia mundial del Covid! La tradición sí, pero a su manera. “Cuando hablo de música tradicional portuguesa, no me refiero al fado, sino a un tipo de sonoridad que se cantaba en el campo con cánones, armonías y coros. Se transmitía principalmente de forma oral”. El método de trabajo es sencillo, “las canciones que escribo empiezan con una melodía. La grabo y luego la subo a mi ordenador”, explica la joven artista lusa. Ritmos, capas, mixtura de lo tradicional con una mirada a los ritmos africanos, y una visión global del disco. Un trabajo impactante, rítmico y experimental.