La tarantela ha encontrado un gran aliado para proyectarse internacionalmente con una aproximación renovada gracias a la visión de Antonio Castrignanó [1] (Galatina, 1977), desde la tradición que conoce tan bien interpreta la música popular del Salento desde una óptica cosmopolita, la impregna de otras músicas del área mediterránea ─y más allá de los límites estrictamente geográficos─. De la misma forma que hacen otra de las formaciones legendarias como Canzoniere Grecanico Salentino [2]. Para llegar hacerse una idea a como ha llegado Castrignanó a la grabación de este álbum que proyecta la música de la región italiana a otras tradiciones puede dar pistas conocer a los músicos con los que ha colaborado en los últimos quince años (grandes proyectos de la “world music”), citas en las que se ha encontrado con grandes músicos de latitudes y estéticas diversas: desde el estadounidense Stewart Copeland a los rumanos Fanfare Ciocarlia [3], los irlandeses The Chieftains [4], el serbosonio Goran Brégovic [5], al malinés Ballaké Sissoko [6], la gambiana Sona Jobarteh o el turco Mercan Dede [7], entre los músicos italianos destaca Enzo Avitabile [8] ─este álbum recuerda mucho al brillante ‘Save the world’ (2004)─, Giuliano Sangiorgi ─Negramaro─ o Mauro Pagani ─Premiata Forneria Marconi y muchos más─, además Castrignanó ha sido la voz y el “tamburo” ─el tambor/pandero─ de la estival reunión al sur de Italia de ‘La Notte della Taranta [9]’ con Ludovico Einaudi [10]. Renovación del repertorio que al bailarín libraba de temido veneno de la araña para ahora conjugar excitantes ritmos globales, apertura de miras sin reparos a la “contaminación” y sin dejar de ser auténtico.