Antonis Antoniou muestra su mundo creativo y onírico, una amalgama sonora psicodélica de aires mediterráneos donde se escuchan instrumentos como el tzouras (un pequeño bouzouki, usado en el rebetiko), riff de bajos, líneas de sintetizadores (analógicos), y ritmos hipnóticos. Se trata del segundo álbum tras su debut en solitario, ‘Kkismettin [1]’ (2021), y tras las experiencias en bandas como Monsieur Doumani [2] y Trio Tekke, proyectos que tuvieron gran resonancia en la crítica y seguidores. El título del trabajo se puede traducir como susurro, palabra del griego chipriota. Con la mirada puesta en cada lado, un pie en oriente y otro en occidente, inventa nuevos discursos musicales que pueden recordar los estados de ánimo de los míticos Velvet Undergroud, las cadencias de las músicas de Anatolia, estructura orgánicas del folk, vanguardia,… resulta casi imposible demarcar un espacio único donde se encuentre, menos aún ponerle una etiqueta. Canciones y piezas instrumentales que separan discursos, estéticas y formas de crear música. Antoniou consigue uno de los álbumes más importantes, impactantes y embriagadores de la escena world music.