La idea general del álbum viene a ser un canto contemporáneo a la montaña, pero es mucho más porque se hace extensible a la tierra como metáfora de lo más próximo pero a la vez ser algo común, un homenaje a la Naturaleza en general. Y lo hace a través de los sonidos y la música que es inmaterial y difícilmente parcelable. Arnau Obiols está detrás del proyecto ─once piezas, que vienen en un original desplegable donde se documenta casa pieza y se indican datos─, en la voz y una batería amplia de instrumentos de percusión y viento. En su caso se ha fijado en su espacio de referencia, se trata de una población deshabitada, también es un río y toma el nombre del valle del Pirineo catalán, “una música hija de los bosques, los árboles, los pájaros y de todo aquello que ha arraigado y resonado”. Están las piezas que ha grabado entre la música tradicional y los sonidos contemporáneos. Para comprender el universo creativo de Obiols (Seu d´Urgell, 1985) conviene saber su recorrido vital, formativo y artístico, en su infancia jugó ya con objetos-instrumentos en las casas de campo donde creció, luego llegó la batería y la percusión. Estudió en Barcelona Magisterio Musical, pasó por el Taller de Musics y de ahí a la ESMUC para hacer la especialidad de batería de jazz; una formación que completó en Holanda en el campo de la improvisación y la performace. Y ha formado parte de no pocos grupos, en la hoja de servicios está su paso por David Mengual Resolut Trio, Joana Gomila Folk Souvenir, El Pont d´Arcalis, Kepa Junkera “Fok”,… Hace cantos, músicas y sonidos del Pirineo catalán con sabiduría centenaria, ancestrales pero también contemporáneos.
ARNAU OBIOLS
Tost
(Segell Microscopi, 2019)
www.microscopi.cat