Si nos atemos a la descripción, una espiral es una curva plana que da vueltas alrededor de un punto y se aleja de él, sin perder contacto nunca con ese punto, así lo recuerda Benito Cabrera en las páginas del álbum, y añade el timplista de Lanzarote (1963) que “nuestra música parte de la tradición, de la que se aleja en espiral y evoluciona, intentando no romper la continuidad con el origen”. Y el músico canario habla con conocimiento de causa, además de contar con una discografía de nueve títulos, donde va del folk a la clásica e incluso el pop, ha sido el primero en llevar el timple al terreno “culto”, al ámbito sinfónico junto a la Orquesta Sinfónica de Tenerife, la de Córdoba y la de Galicia. Además, acompaña habitualmente al mítico grupo Los Sabandeños. Su timple ha sonado hasta en el Carnegie Hall. El timple tiene un sonido brillante, mucha nostalgia y la calma de una isla/archipiélago africano que fue puente entre el viejo y el nuevo mundo, que viajó en los barcos y que se ha desarrollado con diferentes variantes. Aquí ha grabado en su mayoría piezas propias junto a sus músicos, Sergio García (percusión y voz), Tomás Fariña (guitarra) y Ehedey Sosa (bajo). Cada una de las 12 piezas del disco son un mundo en si mismas, un espacio para la belleza, la añoranza y la ensoñación. “Mi norte es la libertad” dicen en una popular folía que se incluye en el disco.
BENITO CABRERA
Espirales
(Multitrack, 2016)
www.multitrack.es