El décimo álbum de Clara Montes [1] (Madrid, 1968) afirma es el más personal de los que ha publicado hasta la fecha, de una carrea discográfica que inició con su propio nombre en 1998, ‘Canta a Antonio Gala’. Montes se ha movido en la canción de autor y la copla en todos estos años. Pero antes de iniciar sus trabajos propios estuvo en diversos proyectos, y colaboró con dos artistas dan una idea de donde viene y sus coordenadas estéticas: el mítico ‘Emboscados’ (1994) de Amancio Prada [2], y otro álbum monumental como ‘Diván del Tamarit’ (1998) de Carlos Cano [3] sobre textos de Federico García Lorca. La cantante de origen andaluz (Huelva y Sevilla), establecida en Cádiz, cuenta con grandes músicos, como Melón Jiménez (guitarra eléctrica y flamenca, bajo), Bandolero (percusión), Rafael Domínguez (violonchelo), Manuel Machado (trompeta y fiscorno)… ‘A cal y canto’ ─tiene videoclip─ canta “Soneto a un amor perdido/Al recuerdo del un oscuro desengaño…” una canción que remite en sus ecos al genial artista granadino, que está dedicada a grandes voces sudamericanas como Chavela Vargas, Mercedes Sosa o Toña la Negra. Voz flamenca, sentir de fado y vitalidad latina, a corazón abierto, sencillo, emotivo