Los trabajos de Daby Touré han destacado por su visión contemporánea de la música africana, por abrirla a otros horizontes sonoros más allá de sus límites continentales y dotar sus canciones de un atractivo pop global. El compositor, cantante y guitarrista hace canciones que persisten tras su escucha, te acompañan allá donde vayas por un buen rato en una compañía amable. Sus letras nos trasladan historias, cuentos africanos universales que hace en varias lenguas, un políglota capaz de expresarse en hasta seis idiomas diferentes, sin perder la línea melódica, el carácter etéreo en su voz y una raíz netamente africana. Nació en Mauritania, su primer contacto con la música pop occidental fue gracias a la radio y su aprendizaje fue intuitivo y autodidacta. En la adolescencia se traslada a París, y se involucra en la escena de la cosmopolita capital francesa. Fundó el dúo Touré-Touré junto a su primo Omar y editaron un primer disco “Laddé” (2000). Giras por todo el mundo, muchas experiencias le llevaron ha lanzarse como solista, “Diam [1]” (2004) para la factoría de Peter Gabriel. Estes e el cuarto álbum de su carrera, y supone el regreso de uno de los artistas africanos con una voz africana más abierta a otras músicas populares, un pop africano pegadizo y bien construido.