Hacía varios lustros que no sacaba nuevo trabajo Erol Josué [1] , en su regreso plantea este álbum ─que sale a la vez como libro─ como una invitación a un viaje musical e intelectual, pero en cualquier caso sagrado, intimo y festivo. Josué ha crecido en la cultura vudú, nació en Puerto Príncipe es a la vez sacerdote, actor, cantante, bailarín y coreógrafo, además es el Director General de la Oficina Nacional de Etnología. Canta en creole ─firma todos los textos y músicas─, este polifacético personaje está comprometido con el estudio y preservación del patrimonio inmaterial de su país ─ Haití fue la primera República Negra en 1804─ donde el vudú sigue muy vigente, y a la vez su presencia en parte del tiempo en la cosmopolita Nueva York hace que su música tradicional, las melodías y sobre todo las voces y las percusiones, se nutran del jazz y las secuencias electrónicas, gracias a la aportación de Jean-François Pauvros (Arto Lindsay, Moebius…) con guitarras eléctricas intensas, más Jorge Bezerra (percusionista que acompañó a Joe Zawinul, Arthur Simonini (violín y teclado), y las percusiones vudú de Claude Saturne, entre otros. Para conocer mejor cada pieza, el álbum incluye (en francés e inglés) breves textos que contextualizan la pieza, explican el origen y detalles de la grabación que se ha efectuado entre Haití, Florida, París, Nueva Jersey, y Nueva York. Confluencia de los ritmos ancestrales, la tradición africana y de los amerindios, y los códigos sonoros actuales, desde el jazz a la electrónica. Fascinante.