Cuando Georg Friedrich Handel (1685-1759) se enfrenta a su ‘Mesías’ ya había compuesto el nada despreciable número de 32 oratorios, “un género de composición basada en textos bíblicos, que desarrolla como vastos frescos sonoros y a los cuales aporta una verdadera dimensión dramática”, así lo explica Jordi Savall en la ilustrativa introducción que acompaña los dos compact disc en los que vienen registrado en vivo el “gran oratorio sacro” por el Handel que será recordado por encima de resto de sus obras. Savall poner en contexto en qué momento escribe esta obra cumbre, llega tras superar una grave crisis que alcanza lo espiritual, lo económico y lo físico. Milagrosamente ─así lo consideran las monjas que le acompañan en su sanación en las aguas sulfurosas de Aquisgran, los baños más intensos de lo habitual ─y una completa desconexión de la frenética actividad que llevaba, sobre todo─ hace que vuelva renovado y con la lucidez creativa aún más elevada. El título de la obra del compositor alemán, posteriormente nacionalizado inglés, parece toda una estrategia de marketing, puesto que “¡Cristo no aparece, no toma la palabra y solo es nombrado explícitamente una vez, antes del penúltimo coro!” como recuerda el músico e investigador catalán “el texto no impone ninguna división en cuadros, escenas ni números”. La compuso deprisa, entre agosto y septiembre de 1741 ─aunque hizo numerosas modificaciones, y no hay un partitura final definitiva─, está dividida en tres partes iguales que encuentran correlación con “acontecimientos” que en la liturgia cristiana son icónicos. La clave del éxito de El Mesías está en la belleza de la música que resulta extraordinaria, y el uso de los su ricos coros, en las páginas musicales están los elementos vocales e instrumentales del Barroco. Nuevamente de la factoría Jordi Savall / Alia Vox llega una grabación excepcional belleza, sobrecoge y emociona más allá del aspecto religioso de la obra.