Después de un primer trabajo de cante clásico, Albayzín [1] (Universal Music, 2017), José Enrique Morente Carbonell (1989), Kiki Morente, con el que se lanzó da un paso más y debuta como compositor y letrista de las diez piezas que ha grabado con la producción de Enrique Heredia ‘El Negri’ ─miembro de La Barbería del Sur─ y que además el joven artista granadino ha co-producido en el que se le escucha por soleás del coloso, granaínas, bulerías, malagueñas, alegrías, fandanguillo de Tomás, seguiriya y tangos. Le acompañan Jaime Beltrán integrante del grupo de rock granadino Pájaro Jack, y José Romero gitano madrileño que trae a este proyecto la producción electrónica bajo los códigos del trap. En ‘El Vito’ se produce nuevamente la confluencia de los tres hermanos, junto a Estrella y Soleá ─tradición familiar, como ya hiciera Enrique, todos han dejado su huella de una y otra forma los trabajos de los otros desde corta edad─; “yo escucho los cantes de antiguos maestros que cantaba mi padre y me enseñó el flamenco” dice la letra, “yo conozco las raíces y lo de ahora mismo”. El cantaor del Albaicín cantó los versos de Lorca y de otras decenas de poetas, desde que introdujo la poesía de Miguel Hernández por primera vez, Kiki recuperado a Blas de Otero en ‘Mi voz’, para dar paso a una escalofriante seguiriya, ‘Voces del 3 de Mayo’, que remite a ‘Omega’ la obra cumbre universal que es ‘Omega’. “Sin riesgo no hay arte” sentenció Morente, y su hijo (as) no lo olvidan para dar en cada nuevo trabajo obras destacadas, avanzadas y contemporáneas sin olvidar donde está la fuente del cante.