“El crooner de la casbah”, así se le conocía a Lili Boniche (1921-2008), piedra angular de la música judéo-árabe y una leyenda que surtió de tesoros sonoros a la “música árabe”, si es que esta etiqueta quiere algo decir. Los orígenes de este magnífico cantante judío-argelino hay que buscarlos en Akbou (núcleo de la Kabylia) descendiente de una familia de judíos sefarditas procedentes de España que creció en un entorno muy modesto. La aproximación a la música tiene lugar a través de la mandolina y sus primeras incursiones como cantante las realiza desde los micrófonos de Radio Argel. Durante la Segunda Guerra Mundial introdujo estilos como el tango , los pasobles y el mambo. De Argelia a Francia, en París se hizo célebre y llamó la atención de un joven un François Mitterrand, que sería luego ministro y que llegaría a ocupar la presidencia. Pero dejó la música, sus ambientes y debilidades por una razón amorosa… Falleció en marzo de 2008 pero aún tuvo ocasión con casi noventa años y varias décadas retirado de registrar un álbum con Bill Laswell de productor, y conocer las mieles del éxito en los escenarios como Olympia de París y la Barbican de Londres. El disco que se edita ahora incluye momentos magistrales de un cantante único, temas deliciosos, embriagadores y de elegancia sublime registrados en mayoría entre 1958 y 1960 –“Ana Fil Houb”, “Bambino” y el clásico “Alger Alger” –, más otros tres de 1978 inéditos. En todos está acompañado por Mustapha Skandrani (piano) y Abdelghani Belkaïd (violin). Músicas de otro tiempo, de otro lugar y otra época. Un disco maravilloso.