No se trata de un disco doble, son dos discos de Los Hermanos Cubero, cada uno muestra una forma diferente de conocer, asimilar y hacer música, en cualquier caso con el sello personal de Roberto y Enrique esa forma de crear con la que han sido capaces de seducir a un público que difícilmente se habría acercado a este folk a priori, no bien conocido, mal entendido y despreciado por mil connotaciones que dan una imagen ajada, de otro tiempo. ¿Por qué lado comenzar? Por ejemplo, elegimos ese disco donde cuentan con invitados no siempre próximos a la música tradicional, como “Amaia del pop, Grupo de Expertos Solynieve y Josele Santiago del rock, Rocío Márquez del flamenco [1] ─puntal de una nueva generación artistas que está dando extraordinarias obras─, Hendrik Röver y Los Míticos GT’s del blues, Christina Rosenvinge, Rodrigo Cuevas ─un “agitador folclórico” [2] como es se autodefine─, Nacho Vegas y Carmen París de la canción de autor y Ara Malikian de la clásica”. Y no se trata de colaboraciones con fines mediáticos ─tras el comovedor ‘Quique dibuja la tristeza [3]’ (2019)─, más bien llevan a los invitados a transitar su propia estética. “Un homenaje al repertorio de violín como instrumento tradicional de ronda y baile en la provincia de Guadalajara, a partir de la material de grabación de campo realizada por Xulio García a Toribio del Olmo en 1996”, en el segundo (o el primero si fuese el caso), en este caso se dedican a reivindicar y traer al presente el cancionero del maestro del violín jotero, y nuevamente lo hacen con invitados, a modo coral, hombre y mujeres violinistas como Blanca Altable, Jaime del Blanco, Diego Galaz ─Fetén Fetén─ [4], Paula Gómez, Begoña Riobó, Javiern Román ‘El Niñu’, María San Miguel y Agueda Sastre. Un ejercicio magistral de recuperación en una lectura respetuosa y a la vez vanguardista. Desde que en 2010 Los Hermanos Cubero llegaron a las músicas tradicionales contemporáneas ibéricas han logrado definir un nuevo espacio artístico que además se ha consolidado, una singularidad creativa que va desde la elección repertorio a la manera en que lo abordan, también diferenciados en la estética sobre el escenario.
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