El compositor y pianista Ludovido Einaudi articula sobre el hipnótico, repetitivo y bailable ritmo de la “taranta” una sinfonía popular mediterránea con movimientos, tiempos y diversos solistas que aportan elementos de la gran diversidad musical del mar común, haciendo del resultado global una música universal. Desde hace algunos años Einaudi ha asumido la dirección de La Notte della Taranta, un festival que tiene lugar en agosto en la región de Salento, al sur de Italia, que se creó en 1998 y del que se han desarrollado quince ediciones. En este disco, con una cuidada edición, participan invitados africanos y turcos, además del veterano grupo de tarantela Canzoniere Grecanico Salentino. A las piezas más rítmicas le siguen movimientos lentos en los que el piano aparece solo para dar paso a los giros de Mercan Dede, un derviche del siglo XXI. África está presente tanto en la cora de Ballaké Sissoko, la psicodélica del ritti (violín de una cuerda) de Juldeh Camara y la guitarra de Justin Adams. La música como lenguaje común, capaz de aglutinar ideas sonoras multiculturales, en el caso de la tarantela con poder curativo de la picadura de la araña, que dan un sentimiento común de entendimiento, intercambio y convivencia.