Noura Mint Seymali tiene una voz a la vez ancestral y atemporal, una tesitura fraguada en crudeza de los espacios desérticos, pero conectada al presente; también es una virtuosa intérprete de la ardina o ardin, un instrumento parecido al arpa ─similar a la kora─, solo se encuentra en Mauritania, que solo lo tocan mujeres, y ella la aprendió de su abuela, Mounina: “Mi abuela, Mounina, fue la primera en enseñarme. Era conocida por su canto y su forma de tocar”, rememora cuando se le pregunta. Entre la antigua tradición del noroeste de África, las guitarras eléctricas y la fuerza del rock. Una griot —poeta, cantante, música, historiadora y guardiana cultural a partes iguales—, y la viva imagen de la tradición musical de Mauritania. Su padre, Seymali Ould Ahmed Vall, fue un reconocido compositor y erudito, y su madrasta, Dimi Mint Abba, una de las cantantes e intérpretes más famosas del país ─entre otros grabó ‘Moorish Music from Mauritania’ (World Circuit, 1990), con el compositor, cantante y virtuoso del tidinit, el equivalente al ngoni o xalam, Khalifa Ould Eide─. Ha grabado un repertorio se nutre tanto del repertorio atemporal y una gran necesidad de crear mensajes de contemporáneos y actualidad. El sonido de su tercer álbum ─ le preceden, ‘Tzenni’ (2014) y ‘Arbina’ (2016)─ recuerda a otras formaciones surdidas entorno a Sahel, como los legendarios Tinariwen [1], y otras bandas similares surgidas en los últimos veinte años. Aquí la guitarra de Jeich Ould Chighaly ─su marido─ eleva el voltaje eléctrico, el bajista Ousmane Touré y, en la batería, Matthew Tinari, un estadounidense residente en Senegal desde hace muchos años. Tinari también coprodujo el álbum junto con Mikey Coltun, conocido por ser el bajista de los pioneros del rock tuareg Mdou Moctar [2]. Un álbum magnético, hipnótico, que arrastra al trance, a un delirio psicodélico en el desierto.