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SAMBA TOURÉ Binga

El legendario Samba Touré (1968) vuelve a sus raíces, a la tradición Songhoy en formato íntimo, solo guitarra, ngoni, calabaza y otras percusiones, y el resultado es uno de los trabajos más personales que ha grabado en su carrera. Es el cuarto para este mismo sello, Glitterbeat [1], antes publicó ‘Albala’ (2013), ‘Gandadiko’ (2018) y ‘Wande’ (2018) a los que hay que sumar para completar su discografía al menos tres más, entre ellos Crocodile Blues ( Riverboat Records, 2011), ’Songhai Blues: Homage to Ali Farka Touré’ (Riverboat Records/World Music Network, 2009) y ’Fondo’ (Camara Production, 2003). Hay que recordar la historia de su región, su linaje gobernó el imperio más grande del continente africano, se extendía por todo el Sahel occidental, e incluía la mítica Tombuctú,  la conocida ‘ciudad de oro’ y centro de cultura y estudio. A solo 100 km de la mítica urbe se sitúa otro espacio mucho menos conocido, Binga es la región que abarca el vasto espacio debajo del desierto del Sahara en Mali y de donde procede este singular artista y al que le dedica un trabajo crudo, despojado de artificios, siguiendo la línea del gran maestro Ali Farka Touré. “Nunca dejé Binga, fui a Bamako en mi juventud para encontrar trabajo y ayudar a mi familia. Incluso si ahora es complicado o peligroso viajar al norte, sigue siendo mi tierra natal y siempre lo será” afirma. “Tengo una casa allí. Es mi cultura y mi herencia. Es mi región y me pareció correcto nombrar este álbum así. Es pura música Songhoy”.  El malinés se considera más un creador de canciones que otra cosa, porque como dice en su tradición los solos no se dan con frecuencia ─es algo de occidente─, se produce más un diálogo entre los instrumentos. Y las canciones no rehúyen los problemas acuciantes del país de África Occidental, ya sea la sanidad, la educación… que hace que se pierda la mayor riqueza que poseen, sus hijos, a los que se les priva de un futuro. Aún así, en temas como ‘Sambalama’ es una alegre declaración para mantenerse firme en la esperanza que llegarán días mejores.