Hace una década que transformaron el dolor, el sufrimiento y la angustia del exilio en un campo de refugiados en música, alegría y optimismo. El proyecto nació espontáneamente entorno al fuego de un precario campamento, diez años después se han convertido en una de las agrupaciones africanas más inspiradoras y su historia ha quedado plasmada en una película. El primer disco se grabó en el mismo campo en Sierra Leona, aquel disco era totalmente diferente al que ahora publican, tenía un sonido más crudo y respondía a su estado mental, ahora lo han registrado en un apacible estudio de su discográfica en Vermont y está lleno de ritmos irresistibles pero sin olvidar o dejar de denunciar los problemas que acucian el continente. Precisamente el álbum que terminan de grabar les devuelve a sus raíces, es más acústico que los dos anteriores y con los que han cosechado grandes éxitos y girado mundialmente. «El álbum toma su título, «Libación», de la colada ritual de un líquido que es común en las culturas africanas. Una libación se vierte como una ofrenda a un dios o espíritu, para honrar a los antepasados, y en memoria de los seres queridos que han muerto. A menudo, cuando se vierte una libación es una invocación a los espíritus sagrados que estén presentes en un evento especial, como la acogida de las personas en la comunidad, para una boda, nacimiento o funeral o la coronación de un rey u otro gobernante». Entre los ritmos destaca el highlife, maringa, baskeda, gumbe, soukous y reggae. En las letras continúan abordando la dificultades de los países africanos que poseyendo riquezas la mala gestión de los recursos naturales hace que no llegue a la población que está sumida en la pobreza». Este disco festeja el aniversario de la publicación del primer álbum “Living Like a Refugee”, desde entonces, “hemos vivido una vida que una vez parecía inimaginable, hemos recorrido el mundo, dado a conocer más álbumes, y ha compartido nuestra música con miles y miles de amigos y fans, pero mientras seguimos rodando nunca nos olvidamos de nuestras raíces. Así que este es nuestra libación musical -una ofrenda- para celebrar las bendiciones que nuestra música nos ha traído, para rendir homenaje a los espíritus de los hermanos musicales que hemos perdido en el camino, y para rendir homenaje a Mama Salone, el país de la cultura, las tradiciones y ritmos infundir nuestra música y llenar nuestras almas con orgullo».