El carisma y el buen hacer de Silvia Pérez Cruz la ha situado en el ramillete de las personalidades musicales más populares, tanto en Cataluña donde es aclamada y ocupa las portadas de las revistas musicales y culturales, como en otras latitudes de la geografía española donde se está consolidando. La conocimos como vocalista del grupo Las Migas, allí descubrimos una voz de tesitura flamenca, formada en la imprescindible cantera del Taller de Musics. Su formación musical no ha impedido el desarrollo de sus libertades interpretativas, lecciones que le han dado alas a su gran imaginación artística. La cantante de Palafrugell (Girona) decidió emprender aventura propia nada más grabar el primer y esperado grupo del cuarteto de féminas; por entonces ya se había aventurado en un amplio número de proyectos musicales, con el tiempo ha ido desarrollando de manara paralela trabajos diversos y sorprendentes, proyectos siempre con buena receptividad del público y aclamada por la crítica especializada de manera unánime. Tal vez el proyecto musical más poderoso lo ha firmado junto a Javier Colina Trío, ‘En la imaginación’ (Nuba Records/ContraBaix, 2011), donde hacían una revisión de clásicos de la música cubana arropada por un conjunto instrumental de ensueño. Pero Cruz ha querido ir más allá y mostrar la cartografía de una personalidad plural ibérica -capaz de interpretar en catalán, castellano, gallego y portugués-, y polifacética capaz de transitar dignamente estilos como el flamenco, la copla, el fado, el bolero y el jazz. De voz dulce, sensual y embriagadora, su radiante belleza hacen de Silvia Pérez Cruz una diosa de la canción, un prodigio interpretativo que sabe aprovechar el hilo sedoso de voz que ha cultivado durante años con mimo, pasión y esmero, unas cualidades con las que ha cautivado a todos.