El segundo trabajo discográfico de Theo Croker tiene una intensidad nada habitual en la escena actual internacional del jazz, desde la primera escucha atrapa sus sonido abrumador, multiétnico y sofisticado. Su intención es clara, “fusionar e interpretar la historia, los estilos y las ideas y crear un sonido único”, está en la directriz general de los quince temas que entrega. Para empezar, en el nombre de la banda, defiende la falta de luz en los espacios, “la oscuridad ha sido etiquetada como algo negativo, pero los confines exteriores del espacio son oscuros. Donde empieza la vida es oscuro. La oscuridad es una posibilidad sin fin, infinita y desconocida. Eso es lo que queremos”. Entre la escuadra de músicos aparecen Anthony Ware (saxo tenor y flauta), Michael King (piano), Ben Eunson (guitarra), Eric Wheeler (bajo) y Kassa Overall (batería). Entre los invitados la gran Dee Dee Bridgewater. Una invitación a que abramos nuestro oídos, sin prejuicios y dejarnos llevar por el sonido.