En el cuarto álbum de Trinidad Montero se decanta por una colección de piezas que van de la copla al flamenco y la canción, hay pinceladas de jazz y filin cubano. Están “La niña de fuego”, “Dos cruces”, “Romance de la dulce queja” ─versos del eterno Federico García Lorca, en la recreación sublime que dejó Miguel Poveda─, “Veinte años”, “Alfonsina y el Mar”,… Juan Antonio Sánchez le acompaña tanto en la producción como al piano. Además, cuentan con Juanma Ruiz al bajo, Pablo Cámara ‘Pachi’ en las percusiones, Cristobal Agromonte en el saxo y Eles Bellido al violín. ‘La Trini’ desnuda sus emociones en los temas que interpreta. “Es mi trabajo más personal y sincero, es Trini, es la mujer de diario y la artista, son anhelos, conversaciones con otras mujeres dedicadas al arte, es la fuerza, la fragilidad, y son historias que me han acompañado a lo largo de estos años de camino”. Ofrece nueve piezas la artista cordobesa, aborda temas de dimensiones descomunales, números que traspasarán las épocas, superan las modas y son parte de la memoria colectiva de generaciones. Historias condensadas en pocos minutos que son universales. Fuerza, entrega y emociones a flor de piel en una mujer valiente, atrevida y con alma de artista.