Atípica fusión, encuentro, entre la música barrroca y el tradición etíope. Tal vez sirva imaginar un órgano transportado hacia el siglo XVII desde Lisboa hasta Abyssinia para interpretar música en una iglesia. La música africana al encuentro de la música culta europea, o viceversa para dar lugar a una sonoridad que pesa a la distacia, la estética y los años empasta de manera singular.