¿Qué pasa cuando dos grandes músicos se encuentran y comienzan a tocar dando rienda suelta a sus sensaciones? Un buen ejemplo puede ser el álbum de Christian McBride y Edgar Meyer (Tennessee (1960), un álbum a dúo que explora sus antecedentes colectivos en jazz, folk, música clásica, bluegrass y funk. La complicidad surge solo cuando se dan las circunstancias propias, y aquí se dieron, aunque ambos llegaban de mundo estéticos diferentes, supieron encontrar la complementación y sumar cada una de sus respectivas experiencias, su bagaje en proyectos y las ideas que han forjado. Si Mcbride (Filadelfia 1972) ─a su nombre constan unas 400 grabaciones como sideman, y suma nueve premios Grammy─, y posee se ha movido entorno al jazz y el R&B con cierto aire de música clásica (su elegancia, complejidad y virtuosismo), para Meyer el bluegrass y la clásica con matices jazz. Se
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